El sol naciente indica el inicio de un nuevo día, una nueva historia que comienza. Hace ya algún tiempo tu voz me recita hermosas melodías al oído. Volviste a despertar en mí, sentimientos que permanecían dormidos. Cómo logras atraparme con cada palabra, no lo sé. Simplemente haces que el tiempo vuele al hablar, que desee que pase más rápido cuando tu no estas. Veo parejas caminar tomadas de la mano y me imagino tomando la tuya… mostrándole al mundo mi felicidad por estar a tu lado. Sueños, anhelos, proyecciones… no dejo de imaginarme compartiendo un futuro… nuestro futuro. Otra vez esa sensación particular me recorre el pecho. Cómo describirla? Será tal vez lo que algunos llaman las “mariposas en la panza”? Una mezcla de orgullo y sentimientos que me inflan el pecho, se amotinan en mi garganta y me roban un suspiro. Sin quererlo ni pensarlo, te convertiste en la dueña de mi corazón. Te pido por él que no lo maltrates… ya bastante ha sufrido y necesita de tu cariño. Caricias profundas como las que me regalaste, sonrisas como la tuya le hacen bien. Quizás no lo recuerdes, quizás no lo notaste, pero varias veces lo insinué. Mi alma sigue contenta porque sigues cerca de ella. Uno nunca sabe que esperar… pero yo sé que te quiero esperar. Ser tu último pensamiento del día y verte al despertar. Acariciarte mientras duermes, amarte y dejarme amar.
(14-02-07)

No hay comentarios:
Publicar un comentario