Trascendiendo la realidad

Trascendiendo la realidad

Algún tiempo atrás no sospechaba que estuvieras tan dentro mío. Sin querer te mantenía alejada de la vorágine de mis sentimientos. Sabía cuales eran las sensaciones que me hacías sentir con cada palabra, cada gesto, cada mirada, pero sinceramente desconocía cuán profundo te habías arraigado. Así estaba yo, queriendo hablar de lo primero que fuera posible, con ganas de seguir conociéndote aún cuando siempre tuve en claro que eras una bella señorita que tengo la suerte de haber conocido y entablado una relación. Todo venía bien, a pesar que por momentos rasgos de mi personalidad decían presente. A veces en forma de celos, otras en forma de alabos… un sin fin de letras que se unían para describir cada sonrisa y cada suspiro que provocabas en mí. Como dije… todo venía bien… hasta que una noche decidiste sorprenderme como pocas mujeres han hecho. Inconsciente, dormido, tuve un sueño. En ese sueño estabas vos. Me desperté conmovido. Aquel suceso me hizo ver que habías trascendido a la forma más pura del ser. Habías abandonado tu cuerpo y nuestras almas permanecieron juntas durante un lapso corto de tiempo. Con un poco de vergüenza quería contártelo así que me disfracé de una persona cuyo nombre pocos conocen e hice público el relato de lo sucedido la noche anterior. Mientras el sol caía marcando el paso de otro día, me intrigaba saber si habías leído aquella historia. Luego de varias horas conozco las repercusiones. Algunas me hicieron sentir bien y otras me dejaron una cierta cuota de miedo, pero vos también te habías intrigado y días después, con el misterio casi resuelto, me dirías cuanto estuviste investigando, pidiendo ayuda para dar con la verdadera persona que se ocultaba debajo de ese nombre que a casi nadie le sonaba conocido. Hubo etapas en las que necesité desahogarme, en las cuales miraba a mi alrededor y encontraba tantas cosas que mis ojos no tenían tiempo de mirar y llegar a ver. Dentro mío se generaba un debate por cada actitud tomada y a tomar. No tenía una estrategia planeada pero si muchas, muchas ganas de enfrentarte. Hacer que esta historia tome un rumbo diferente al que lleva. Consciente del dolor que asumía a sufrir, igual estaba decidido a seguir luchando por esto que siento y sigue creciendo con el pasar de los amaneceres. Me llegó tarde la primavera, casi se termina el verano y hoy, sintiéndome un poco enfermo, deseo que vos estés a mi lado, que me mimes, que me cuides, que me dejes darte todo esto que tengo para ofrecerte. Una oportunidad que no desaprovecharía aunque muy difícil de manejar me resultaría. Voy a otra velocidad, estamos acostumbrados a procesos distintos pero también estoy dispuesto a ir a tu ritmo. Guíame, toma las riendas y maneja el carro de nuestro destino. Olvídate de ser negativa pensando en que algo pueda salir mal. Dediquémonos a vivir el presente, que el futuro llegará solo y de la forma en que deba llegar. Tal vez me valoras tanto que no me quieres lastimar, quizás sea una manera diplomática de cerrar la puerta de tu corazón… pero déjame decirte que prefiero ser feliz y luego sufrir a obviar esos momentos lindos que por temor a que no funcione. Me gustas desde la punta de tus pies hasta la corona que llevas en la cabeza. Puedo confundirme… errar es humano. Quiero compartir contigo todo lo que siempre he deseado. Buscaré hasta encontrar la manera de conquistarte y que anides en mi corazón. Tus labios me llaman, tu piel me atrae. Naveguemos juntos hacia el horizonte y perdámonos bajo el cielo estrellado. Volvamos siendo uno, no sigamos separados.

(27-02-07)

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