Primavera

Primavera

Se acerca aunque no va a llegar. Siento su proximidad y no es cosa de la edad. No hay cambios de colores en el paisaje pero igual veo florecer la siembra. Me emociono. Investigo en mi interior las razones por las que estas lágrimas se desprenden de mis ojos regando la tierra. Sonrío. Tengo la mente en blanco y sigo bañanado las semillas. Como por arte de magia se sucede el destino que excede las coincidencias. Imperceptibles diferencias día a día que sólo se hacen visibles para quienes realmente se conectan con la vida. La película se transcurre lento. Cada instante es único y sucede por una razón aunque no sepamos bien cuál es. Los misterios que sólo algo superior pudiera articular y que tanta intriga nos despirtertan. Ni el mejor escritor es capaz de capturar la atención de igual manera ni mucho menos lograr tanta pasión como la creación misma. Qué hay dentro nuestro que con sólo ver el resplandor del Sol sobre la punta del iceberg nos hace navegar tan profundo que ni la luz se atreve a llegar hasta allí? Sin embargo seguimos. Esa sed insaciable que sólo logramos calmar por breves instantes al vernos a los ojos. Una conexión, una chispa que se enciende y conecta el pasado con el futuro haciendo del presente una transición que detiene el tiempo. Pero el tiempo no para y los fotogramas se siguen acumulando uno tras otro como los recuerdos. Tan imperceptibles... como la vida misma. De golpe reaccionamos y buscamos alrededor nuestro algo, sin saber exactamente qué, pero buscamos... tal vez sean pistas que nos ayuden a entender lo que acaba de pasar. La temperatura sube, el frío va quedando atrás y las flores se abren para enseñarnos su corazón. Será ese mismo romance entre las abejas y el polen que nos ponen sensibles? Será una cuestión comercial? O será que el inconsciente colectivo genera tanta energía que nos predispone a todos a estar más receptivos con el amor? La verdad no lo sé. Es una pregunta que no me preocupa dejar abierta. Simplemente extiendo mis brazos, alzo mi rostro y enfrento al Sol que me alimenta mientras mis lágrimas se secan al bailar sobre mis mejillas. Respiro. Lleno mi estómago y mis pulmones de oxígeno. Inflo tanto mi pecho que puedo sentir mis pies despegarse de la superficie. Floto. Me elevo. Comienzo un viaje astral. Sigo ascendiendo y nada me detiene. La naturaleza conspira a mi favor. Quizás sea por costumbre, pero así lo hace. Me encuentra incluso donde tiene prohibido el paso. Faltan 10 días para que vuelva pero aquí está. No va a llegar pero la llevo conmigo. Hasta el fin.

(11-Sep-2013)

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